Se trata de un concurso de Ideas internacional abierto, en el que se propone una parcela donde edificar la Biblioteca del Futuro, MyL propone que La biblioteca pública del siglo XXI ya no es un archivo de libros. Es un lugar de libre encuentro para la generación de conocimiento colectivo a través del co-working propio de las multitudes (multitudes). Ya no tiene ningún sentido seguir basando la tipología de una biblioteca en función de la distinción interior-exterior. El saber ya no se almacena ni se protege, sino que se produce con el libre encuentro de las relaciones sociales.
Puesto que el lugar de encuentro más heterogéneo posible (la heterotopía por excelencia) siempre ha sido el parque, la biblioteca del siglo XXI debe ser un parque. Un parque habilitado por la tecnología en el que estar conectado a la producción de conocimiento realizada en cualquier parte del mundo y donde se promueva el contacto entre los ciudadanos más heterogéneos.
Un parque con acceso directo a la cultura escrita y digital que ponga en contacto las raíces telúricas de la infancia (planta baja) con los laboratorios y la tecnología (planta superior) de forma espontánea, como una continuidad del espacio público común (common) de la ciudad. La biblioteca del siglo XXI es, y no puede no ser, el común urbano (urban common) por excelencia.